«El que es injusto, sea injusto todavía; el que es impuro, sea impuro todavía; el que es justo, practique la justicia todavía, y el que es santo, santifíquese más todavía». Apocalipsis 22:11, RV95
En Roma, existen más de sesenta catacumbas compuestas por cientos de kilómetros de galerías subterráneas, que alojan miles de tumbas. En la actualidad, solo se encuentran abiertas al público cinco de ellas: las Catacumbas de San Sebastián, las Catacumbas de San Calixto, las Catacumbas de Priscila, las Catacumbas de Domitila y las Catacumbas de Santa Inés. La palabra «catacumba» significa «al lado de la cantera», y proviene del hecho de que las primeras excavaciones para ser utilizadas como lugar de enterramiento fueron realizadas en las afueras de Roma, junto al terreno de una cantera. Los cristianos no estaban de acuerdo con la costumbre pagana de incinerar los cuerpos de sus fallecidos por lo que, para solucionar los problemas debidos a la falta de espacio y al alto precio de la tierra, decidieron crear estos vastos cementerios bajo tierra.
Durante años había anhelado visitarlas y estaba a punto de hacerlo. Nos ubicamos en el hotel Roma y, después de la cena, nos dieron las instrucciones para la anhelada visita. Al finalizar, el guía nos dijo la hora exacta en que deberíamos estar en el bus y añadió:
—Ni un minuto más, ni un minuto menos.
Me desperté temprano y decidí alistarme para la salida. Desperté al compañero de habitación y le recordé la hora señalada. Él, con toda la tranquilidad del mundo, dijo no creer en las amenazas del guía. De todas formas, y debido a mi insistencia, trató de estar a tiempo.
Bajamos rápido, pero cuando llegamos, la recepción estaba vacía y uno de los empleados nos dijo
—Se fueron.
Miré el reloj y solo llegamos cinco minutos tarde, pero esos insignificantes cinco minutos me valieron la tristeza de tener que confesar que visité Roma, pero no pude cumplir mi sueño de conocer las catacumbas.
Algo similar a mi experiencia ocurrirá al final del tiempo. Dios le ha puesto fecha de caducidad al pecado y a la maldad sobre la tierra, y también ha fijado un tiempo para que cada persona en este mundo tome una decisión.
Como no sabemos cuándo será ese día, lo mejor que podemos hacer es tomar la decisión hoy. Por eso, el mensaje de @Dios para ti hoy es: «Este es el mejor día para tomar la mejor decisión de tu vida. Acepta a Cristo como tu Salvador».