El Dios que provee
«Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar “Jehová proveerá”». Génesis 22:14, RV95
«Jehová proveerá». Este es uno de los nombres más conocidos de Dios, y es el patriarca Abraham el que le da este nombre al Señor. Para entender lo importante que es la provisión divina en tu vida y la mía debemos revisar las circunstancias que llevaron a este hombre de Dios a poner este nombre sobre el tapete.
El evento que lo motivó, por sí solo, es uno de los más impactantes de las Escrituras. Dios llamó a Abraham para que saliera de su tierra, dejara a su familia y saliera a un lugar que solo Dios conocía. Cuando parte a buscar el destino que Dios le traza lleva consigo una promesa: Dios estará a su lado en todo el trayecto, lo bendecirá y hará de él una nación grande de la cual surgirá bendición para todas las familias de la Tierra. Cada experiencia, cada vivencia en el camino tiene el propósito de desarrollar su carácter para convertirlo en la persona que Dios quiere que él llegue a ser. Es una historia llena de éxitos y fracasos, de verdades y mentiras, alegrías y tristezas, de victorias y derrotas, de promesas y cumplimientos. La mayor de todas las promesas divinas se hace realidad ante sus ojos contra todo pronóstico: le nace un hijo en el momento más improbable. El nacimiento de este hijo es la base de la promesa recibida de Dios.
Cuando parece que todo está dicho y hecho, el mismo Dios que lo hizo reír cuando le dijo que le daría un hijo imposible se presenta delante de él con una enigmática orden que ha de producirle la angustia más indecible de su vida. Le pide que sacrifique a su hijo, a su único hijo, al hijo de la promesa, a Isaac. Esta es la prueba final. Toda su vida y todos los acontecimientos de la vida ocurrieron con un propósito: prepararlo para ese momento cumbre. Sin dilaciones, el anciano decide obedecer y, cuando su hijo está atado sobre el altar y él tiene su mano en alto para descargar el cuchillo y dar por cumplida la orden de Dios, un mensajero celestial lo detiene diciéndole que Dios está satisfecho con su demostración.
Entonces un cordero que estaba trabado en un zarzal ocupa el lugar de Isaac y es en ese momento cuando Abraham le da a ese lugar de liberación el nombre de «Jehová proveerá».
@Dios provee, él se encargará de nuestras necesidades y proveerá para nosotros. Él es capaz de seguir proveyendo, así como lo hizo con Abraham.