La mejor medicina
«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado». Isaías 26: 3, RV95
Al finalizar el tema de la noche en un ciclo de conferencias, hice un llamado para orar por los enfermos. Pedí que pasaran al frente las personas que tenían algún problema de salud. Fue allí cuando la vi levantarse y caminar en medio del grupo que se dirigía a la plataforma. Era difícil no fijarse en ella. La visión era impactante y dolorosa: no tenía piel, su cuerpo estaba expuesto totalmente.
Hablé con ella después de la oración y le pregunté si se había quemado. Me dijo que literalmente no, pero que metafóricamente sí.
—Tengo un fuego intenso por dentro, en mi alma y en todo mi ser que me está matando —dijo.
Añadió que la acompañaba una angustia sin límites, dolor del que más duele, dolor en el alma. Me contó que, al perder a su marido, su hogar y su dinero se había apoderado de ella una desesperación tan grande que, no fue fácil para ella reponerse. Tuvo que acudir a la medicina, porque se le cayó el cabello y la piel comenzó a desaparecer. Después de visitar muchos médicos, uno de ellos le dijo que el único que podía librarla de esa crisis era Dios. Que ella necesitaba paz y fe con urgencia para sanar, y le recomendó asistir a una iglesia.
De esa manera había llegado a la iglesia y había empezado a estudiar la Biblia. Al conocer el amor de Dios, decidió aferrarse a ese amor.
Al finalizar la charla con ella, me dijo:
—Antes estaba peor, pero ya estoy mucho mejor, la paz que me transmite el amor de Dios me está sanando.
El médico tenía razón, sabía que la necesidad de aquella dama solo podía ser satisfecha por la paz de Dios. Resulta sorprendente cómo el cambio espiritual puede producir incluso beneficios físicos en nuestra vida.
La mayoría de nosotros buscamos lo que solo Cristo puede dar, sea que nos demos cuenta o no. Sin paz el dinero no vale, los logros no causan satisfacción, sino miedo. Por eso, el mensaje de @Dios para ti al iniciar este día es: «¿Te has tomado el tiempo para reflexionar en la raíz de tus problemas? Tu verdadera necesidad solo hallará solución al pie de la Cruz. Ahí te espero».