El mejor amigo
«Dios hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo». Éxodo 33: 11
En el pasaje de hoy encontramos una de mis maneras favoritas de describir la relación que puede existir entre Dios y un ser humano. Me refiero a Moisés y el Señor. La Biblia los presenta uno frente al otro, conversando y compartiendo. En un mundo de soledad como este, se hace muy valiosa la figura del Dios amigo al que podemos acercarnos y compartir con él de manera íntima.
Iniciamos una serie de evangelización en una iglesia de clase alta en la capital del país. El lema de la campaña era Amigos para siempre. Los temas girarían en torno al compañerismo entre los seres humanos, y entre los seres humanos y Dios. Allí se presentó ella, una maestra de la Universidad Nacional que había vivido frente a una de nuestras iglesias por muchos años. Un día, algunos jóvenes se acercaron a su casa, tocaron la puerta y le entregaron la invitación. Ella la recibió y, mientras se alejaban, hizo un recuento de su vida y llegó a la conclusión de que había gastado la mayor parte en la soledad y que no tenía amigos. Decidió aprovechar esta oportunidad.
La vi llegar feliz cada noche y relacionarse de manera fina y educada con todos. Indudablemente estaba aprovechando al máximo aquellas reuniones. El día del banquete de la amistad, me tocó sentarme en la misma mesa que ella. Se había colocado sus mejores vestidos de gala y sus joyas más valiosas. Me dijo:
—Es la última vez que usaré estas cosas, porque pienso entregarle mi vida al Señor Jesús. Usted nos ha enseñado que él es nuestro amigo y que nunca falla. En estos quince días he disfrutado la amistad con mi Salvador y quiero ahondar en esa relación. Es una nueva vida, es una oportunidad de tener muchos amigos, y la iglesia es un buen sitio para tenerlos. Este sábado sellaré un pacto de amistad con Cristo Jesús en las aguas bautismales.
Uno de los males más terribles de este siglo es la soledad. Mucha gente deambula en la más abyecta soledad buscando un amigo en quien confiar. Tú y yo tenemos la oportunidad de contar con Jesús, el mejor amigo que puede existir. @Dios te dice hoy: «Soy tu Salvador y tu amigo. Deseo acompañarte hoy en todo lo que hagas. ¿Me lo permites?».