Obra de arte
“Sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro, tú nuestro alfarero; ¡todos fuimos hechos por ti mismo!” (Isaías 64:8).
Dale una mirada a los objetos de tu hogar. ¿Hay algo que esté hecho de arcilla? ¿Una jarra, una olla, una taza o un filtro de agua? Hoy en día, con el descubrimiento de nuevos materiales, cada vez es más raro encontrar utensilios fabricados con esta materia prima. Encontrarás vasos de vidrio, cacerolas de aluminio, tuppers de plástico (tu madre debe tener un cajón lleno de ellos) y un poco de loza. En el pasado, la realidad era diferente; en todas las casas era común encontrar objetos de arcilla.
A diferencia de los objetos hechos con una velocidad impresionante en máquinas avanzadas, el trabajo con arcilla es manual y lento. El alfarero es un verdadero artista. Con calma, moldea la pieza, poco a poco, hasta que está lista para su uso.
La Biblia compara a Dios con un alfarero. Él es capaz de moldear nuestra vida sin forma y transformarnos en una verdadera obra de arte. Tú y yo somos como la arcilla. Solo podemos adquirir una nueva forma si estamos en las manos de Dios.
Al mirar tu vida en este momento, quizás pienses que las cosas podrían ser mejores. Si es así, ponte en manos de este gran Artista y pídele: “Señor, construye algo nuevo en mí”.
“Yo quiero ser un vaso de honra moldeado por el Señor, con el mensaje de amor y esperanza a hombres doquiera están”.
(Nilton Tuller)