El perdón es la cura
«Yo dije: “Jehová, ten misericordia de mí, sana mi alma, porque contra ti he pecado”». Salmo 41: 4, RV95
En el Salmo 41, el Salmista expresa una de las necesidades más apremiantes de cada ser humano: el perdón. La salvación de un ser humano es toda una ciencia que se ha convertido en material de estudio para los ángeles y para los habitantes de otros mundos. El perdón es solo un capítulo de esta maravillosa ciencia. Es sorprendente que un ateo, un preso, un criminal, un borracho empedernido o una prostituta, puedan en pocos segundos ser transformados.
Una dama llevó a su pastor a visitar a un abogado que estaba en su lecho de muerte como resultado del cáncer. Mientras se dirigían a la casa del enfermo, la hermana le comentó al pastor que aquel hombre había sido ateo toda la vida y que se burlaba de ella por su fe. Pero que el día anterior la había mandado buscar. Él mismo solicitó la visita de un pastor. Ahora, al llegar a la casa y colocarse al pie de la cama, el pastor escuchó las dolorosas y tristes palabras de aquel hombre moribundo:
—Por favor, interceda por mí ante Dios. Toda la vida le di la espalda y lo ignoré. No pensé nunca que a él le importara mi vida. Pero ahora no quiero morirme sin su perdón, quiero abandonar este mundo en paz con ese Ser que tanto desprecié. No necesito sanidad física, mi más urgente necesidad es la sanidad espiritual.
En algún momento de su vida este hombre llegó a pensar que si Dios existía, estaría tan ocupado en resolver el problema del hambre en el mundo que no tendría tiempo para pensar en la vida de un abogado. Pero Dios sí se interesa, su perdón está disponible para abogados ateos y para jóvenes que hoy decidan buscar al Señor.
Apreciado joven, el perdón es el bálsamo de mayor demanda en nuestro mundo ¡y está disponible para todos! Hoy @Dios está listo para ocuparse de ti como si no existiera otro ser humano en el mundo. Un día estarás tú solo frente a Dios, nada ni nadie más, y el resultado final dependerá de la decisión que tomes ahora.