Amor en persona
“El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:8).
Es fácil detectar cuándo no estamos recibiendo el amor que creemos que merecemos. Es fácil sentirse despreciado, como aquel a quien nadie quiere. Ahora, ¿sabes qué cosa no es tan fácil? Amar a los demás como deben ser amados.
En general, pensamos que solo debemos amar a los bonitos, a los simpáticos, a los perfumados, a los populares… Pero Dios espera que amemos a todos y tratemos a todos con respeto: “Este es el mensaje que han oído ustedes desde el principio: que nos amemos unos a otros” (1 Juan 3:11).
Dios es amor. Si queremos ser más como él, debemos amar como él nos ama. En Juan 3:16 se nos recuerda este gran amor: “Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”. ¡Y realmente necesitamos recordarnos esto constantemente!
Si él nos amó tanto, ¿no deberíamos amarnos de la misma manera?