¿Andarán dos juntos?
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3).
Esta pregunta tiene dos partes, aunque involucra muchas más partes y aspectos profundos, de gran alcance y relevancia en nuestra vida.
Hay personas que parece que no pueden estar solas. Apenas terminan una relación, comienzan otra. No se trata de juzgar comportamientos aquí, sino de abrir una oportunidad para reflexionar en los motivos que nos llevan a unirnos a otra persona en una relación amorosa. Lamentablemente, la sensación de soledad o la necesidad de atención son motores comunes, cuando en realidad no son motivo ni razón suficiente para embarcarse en algo serio que puede afectar nuestras percepciones espirituales y la utilidad y servicio de ambas partes.
Antes de entrar a una relación exclusivamente para recibir, tenemos que evaluar si tenemos algo para dar. A menudo esperamos muchas cosas de parte del otro sin ser nosotros una persona que está a la altura de esas grandes expectativas. A menudo buscamos encontrar un amor en el otro que no nos hemos tomado el tiempo de buscar primero en Dios. ¿Qué podremos dar entonces si no migajas o algo que inevitablemente se acabará?
Entonces, en primer lugar, deberíamos ver si estamos listos para “andar juntos”. Pero también debemos tener muy en cuenta los mandatos bíblicos y los consejos inspirados a la hora de elegir con quién estaremos.
Meditemos seriamente en estas preguntas. A veces incluso entre personas de la misma religión puede haber diferencias de creencias o hábitos que pueden perjudicar la armonía ideal. Si no estás en un dilema como este, seguramente tienes algún amigo o amiga que está luchando con esta decisión. Entre todos podemos ayudarnos, fortalecernos y recordarnos el verdadero plan de Dios para nosotros, sus hijos. No se trata de ser elitista o discriminar, sino de ser más conscientes de la gran lucha entre el bien y el mal.
Te recomiendo la lectura del capítulo “¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo?” del libro Cartas a jóvenes enamorados, de Elena de White.
Sea cual fuere nuestra situación actual, hoy podemos buscar a Dios para que nos dé sabiduría y decisión a la hora de actuar según su voluntad.