Escultor celestial
“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29).
Jesús es el ejemplo perfecto de un hombre íntegro. Los cristianos somos llamados a ser como el Salvador. Es él quien completa la obra en nosotros.
Una de las obras artísticas más bellas es la escultura llamada “Moisés”, una persona que según la Biblia era mansa, humilde. Esta escultura fue hecha en un único bloque de mármol blanco de Carrara, entre los años 1513 a 1515 por el famoso escultor Miguel Ángel. El líder de Israel se presenta sentado, con las tablas de la Ley debajo del brazo. La escultura mide más de dos metros y es de imponente realismo tanto en la anatomía como en la vestimenta.
Hay una interesante anécdota que relata que cuando el artista finalizó la estatua, se colocó delante de esta obra colosal, la golpeó con un martillo en la frente y se dirigió al profeta preguntándole:
–¿Por qué no hablas?
Es que era tan perfecta que de alguna forma el escultor sentía que solo le hacía falta hablar para ser un ser humano de verdad.
El Señor Jesús es “nuestro gran Escultor celestial”. Cada día pacientemente nos moldea y esculpe nuestro carácter para hacernos semejantes a él, pues desea que seamos perfectos, íntegros, como nuestro Padre que está en los cielos lo es (Mat. 5:48). Ser íntegros significa seguir los consejos divinos expresados en las Sagradas Escrituras. Debemos mantenernos intactos, sin que ningún mal ensucie nuestros pensamientos o acciones. Para eso debemos ser sumisos a la voluntad de Dios, e imitar la vida de Jesús.
Ser íntegros implicará muchas veces no quedarnos callados. Si escuchamos al Espíritu Santo, podremos dar razón de nuestra fe, confiadamente. Pablo escribe: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Rom. 12:11). Debemos dejar que Dios nos use como él quiere y que nuestra vida transparente predique con nuestras acciones.
Integridad es hacer lo correcto; significa también que usaremos todos nuestros talentos para servir al Señor. La integridad es la clave para el progreso, como dice la Biblia en Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”. Ningún mal los habrá alcanzado. Jesús dio el máximo ejemplo, como ofrenda perfecta, intacta, pura. Nada de lo que debió hacer faltó o fue postergado. Todo el plan celestial, íntegro, fue cumplido. Dios tiene un plan para tu vida también. ¿Faltará algo o deseas ser completo?
Mirta