Viajar ligera de equipaje
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mat. 11:28).
Las compañías de vuelos de bajo costo cobran por facturar el equipaje. Así que, para evitar gastos adicionales, me convertí en una experta en sobrevivir en un viaje con tan solo el equipaje de mano. El secreto es planear de antemano todas las combinaciones de vestuario posibles con un mínimo de prendas, y elegir algún par de zapatos versátiles que combinen con todo.
Aprender a viajar ligero de equipaje es todo un arte; al recorrer nuevos destinos, pero también en la vida. Cada día es como una valija de mano, y lo que empacamos revela nuestras prioridades. Digo que cada día es una valija de mano porque, en realidad, no hay espacio para todo; debemos elegir. Los mochileros comprenden muy bien el arte de empacar solo lo imprescindible; entienden que lo que no ayuda se transforma en lastre.
“Cuanto más acumulamos, menos tenemos realmente. Creemos que es riqueza, pero en realidad se trata de empobrecimiento”, señala Gabriele Romagnoli en su libro Viajar ligero. Esta idea de que tener más puede resultar en un empobrecimiento se aplica a muchos ámbitos. Considera, por ejemplo, todo lo que te propones alcanzar el día de hoy, todo lo que quieres empacar en esta “maleta de 24 horas”. Estas cosas, ¿van a enriquecerte o a pesarte? ¿Excede tu maleta el peso máximo? Tal vez tu maleta está cargada con los errores y pecados del pasado, o con estrés e incertidumbre con respecto al futuro. El Señor mira tu equipaje y te dice con ternura: “Hija, suelta las cosas que no necesitas cargar hoy”. Hay una mejor manera de viajar en la vida, más ligera y despreocupada. La invitación de Jesús sigue vigente: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mat. 11:28-30).
Señor, empaquemos juntos esta maleta de 24 horas. Ayúdame a soltar todo lo que no me ayuda, todo lo que nunca me pediste que cargara. Mi pasado y mi futuro están en tus manos. Mi identidad y mi valor como mujer dependen de ti, y no de mis logros. Hoy quiero llevar solo tu carga, que es ligera, y soltar todo lo demás.
Excelente reflexión. Ciertamente nos llenamos de muchas ideas y planificaciones que sobrecargan nuestras mentes y nuestras almas logrando ahogar el espacio para lograr La Paz que el Señor nuestro Dios nos ofrece. Gracias por tan apropiada reflexión en este tiempo tan demandante.
Amén, solo quiero llevar lo que necesito hoy. Mi pasado y mi futuro ya está en tus manos, quiero aprender a depender de ti y conocer tu voz. Amén