¡Gracias por la invitación!
“Jesús volvió a hablarles en parábolas, y les dijo: ‘El reino de los cielos es como un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus siervos que llamaran a los invitados, pero estos se negaron a asistir al banquete’ ” (Mateo 22:1-3, NVI).
Cuando mi pequeña, nuestra única hijita, cumplió dos años, su papá y yo decidimos hacer la primera fiesta de cumpleaños con sus amiguitos. Su primera fiesta había sido con nuestros amigos. No teníamos mucho presupuesto, así que pensamos hacer algo simple pero lindo. Sin embargo, por más simple o pequeña que planeamos hacer la celebración, requirió dinero y mucha preparación. Tuvimos que decidir qué clase de fiesta hacer. Realizar las compras y las decoraciones, planificar juegos y preparar materiales. Acondicionamos el lugar y decidimos servir un rico refrigerio. Hicimos la lista de los invitados; diseñamos y entregamos las invitaciones, una por una.
En ese tiempo vivíamos cerca de nuestra familia y ellos fueron de gran ayuda. El abuelo preparó e instaló los columpios, la abuela hizo el diseño y la distribución de los juegos, las tías inflaron los globos y ayudaron con el refrigerio. Un tío trajo la vela especial de cumpleaños y las primas hicieron la decoración y tomaron fotos. Aun con toda esa ayuda, cuando terminó la fiestita pensé: “Haré la próxima en cinco años”, para poder reponerme. Pero todo valió la pena, mi pequeña estaba contenta y la gente que asistió se fue muy agradecida.
Después de tanta preparación, ¿qué habría pasado si nadie hubiera venido a la fiesta? Jesús contó una vez la historia de un rey que preparó una gran fiesta para celebrar la boda de su único hijo. Se repartieron las invitaciones y llegó el día de la fiesta. La música sonaba perfecta; la decoración estaba hermosa; y la comida, exquisita. Pero ¿dónde estaban los invitados?
El rey, nervioso, envió a sus siervos a buscarlos. ¡No lo vas a creer! Los invitados pusieron excusas sin sentido para no asistir. Cuando los siervos llegaron con la noticia, el rey se molestó. Mandó a sus siervos que salieran a las calles e invitaran a todos los que pasaran a la celebración del matrimonio de su hijo. Ellos hicieron lo que el rey les dijo, y la Biblia dice que el salón se llenó.
¿Qué grupo de personas demostró gratitud por la invitación? El rechazo demuestra un corazón ingrato. Dios está preparando una gran fiesta en el cielo; y su Hijo, Jesús, espera que asistas. No pongas excusas, agradécele por todo lo que hace por ti. Dile: “¡Gracias, mi Rey, por la invitación!” Ahí estaré.
Magaly