Lunes 27 de Febrero de 2023 | Matutina para Menores | Reencuentro y reconciliación

Lunes 27 de Febrero de 2023 | Matutina para Menores | Reencuentro y reconciliación

Reencuentro y reconciliación

“Dios me envió antes que a ustedes para hacer que les queden descendientes sobre la tierra, y para salvarles la vida de una manera extraordinaria” (Génesis 45:7).

Llegó el día en que la comida se agotó en la casa de Jacob. Sus hijos se organizaron e iniciaron un viaje de 350 kilómetros a Egipto. Cuando llegaron, José los reconoció inmediatamente, pero ellos no lo reconocieron a él. Habían pasado 22 años separados y ahora José era un adulto, gobernaba Egipto, hablaba otro idioma y su vestimenta y su aspecto físico era como los egipcios.

José quería saber si sus hermanos habían cambiado, así que hizo un plan: los acusó cuatro veces, mediante un intérprete, de ser espías. Dijo que solo volvería a venderles comida si en la siguiente ocasión su hermano menor, Benjamín, los acompañaba. Ordenó encarcelar a Simeón como garantía de que volverían con Benjamín. Pero también José, sin revelar quién era en realidad, los ayudó, pues cuando los hermanos llegaron a su casa descubrieron que junto la comida estaba su dinero.

Cuando regresaron a Egipto a comprar más comida, todo iba muy bien: nadie les reclamó el dinero, liberaron a Simeón, Benjamín los acompañó y José les ofreció un banquete. Hasta ese momento los hermanos de José habían aprobado, pero faltaba la última prueba: él quería saber cómo trataban a Benjamín. Para eso, ordenó a sus siervos que pongan su copa en el equipaje de Benjamín. Después de que los once iniciaron el viaje de regreso, José envió a su guardia para que detuviera la caravana y los acusara de robo.

Cuando la copa apareció entre las pertenencias de Benjamín, todos rasgaron sus vestiduras. Sabían que Benjamín podría ser prisionero de por vida, en el mejor de los casos; y que su anciano padre Jacob no lo soportaría. Llegaron temerosos ante la presencia de José. En este contexto, resalta la figura de Judá, ya que fue el vocero.

Dio un gran discurso en donde reveló que desde antes de viajar a Egipto la segunda vez, él se había comprometido con Jacob como responsable de Benjamín. Por lo tanto, él se ofrecía para ser esclavo de por vida. Además, sin saber Judá con quién hablaba, admitió el grave error y el pesar de ellos por haber vendido a su hermano José como esclavo, y por haberle mentido a su padre sobre lo que había pasado (Jacob seguía engañado 22 años después).

José se emocionó y descubrió que sus hermanos habían cambiado. Entonces les dijo quién era, que los perdonaba y que Dios los había dirigido a Egipto para salvar a su familia de la hambruna.

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