Martes 02 de Agosto de 2022 | Matutina para Menores | Excelencia o mediocridad

Martes 02 de Agosto de 2022 | Matutina para Menores | Excelencia o mediocridad

Excelencia o mediocridad

“Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu” (Romanos 12:11, NVI).

Un hombre tenía un bote que necesitaba ser pintado. Entonces buscó un pintor y acordaron el monto del pago por su trabajo. El pintor comenzó a trabajar, pero se dio cuenta de que había un hoyo grande debajo del bote, por lo que dejó de pintar y buscó los materiales para arreglar esta parte y luego continuó pintando hasta terminar. Él recibió su pago y se fue a su casa.

A la mañana siguiente, el dueño del bote fue a buscarlo y le dio un cheque con bastante dinero. El pintor le preguntó:

–¿Por qué usted me está dando esto, si ya recibí lo que acordamos por pintar el bote?

El hombre le respondió:

–Anoche, cuando usted terminó de pintar el barco, mis hijos lo tomaron y se fueron mar adentro a pescar. Si usted no hubiera arreglado el bote mis hijos estarían muertos. Yo no le pedí que arreglara el hoyo, pero, aun así, sin pedírselo, usted lo hizo. ¡Realizó un trabajo excelente!

Exactamente de esto se trata la excelencia: de hacer más de lo que se pide o espera de nosotros. La excelencia es algo que se aprende y que todos debieran tratar de alcanzar; es el deseo de cambiar, de ser mejor y tener éxito. Pero su enemigo, la mediocridad, no deja que la persona razone, piense y haga más de lo necesario. Los mediocres hacen lo justo, no tienen iniciativa, todo les da flojera y se cansan fácilmente.

Con respecto a esto, Elena de White comenta: “Si los niños aprendieran a considerar las tareas domésticas más humildes como el deber que Dios les ha señalado, como una escuela en la cual han de aprender a prestar un servicio fiel y eficiente, cuánto más placentero y honroso les resultaría su trabajo. El realizar cada deber como para el Señor da encanto a las tareas más humildes y une a los obreros terrenos con los seres santos que hacen la voluntad de Dios en el cielo. Y nosotros, en el lugar que nos ha señalado, deberíamos cumplir nuestros deberes con tanta fidelidad como lo hacen sus ángeles en su esfera superior” (CN 112).

Lucha por vencer la mediocridad y conviértete, con la ayuda de Dios, en un niño de excelencia en todo lo que hagas. Da más de lo que te pidan y serás recompensado en esta Tierra y en el cielo.

Nina

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