¿Por qué hay que dar ofrenda en la iglesia?
“Cada uno debe dar según crea que deba hacerlo. No tenemos que dar con tristeza ni por obligación. ¡Dios ama al que da con alegría!” (2 Corintios 9:7, TLA).
Marca la respuesta correcta
- Por obligación.
- Por tristeza.
- Por alegría y gratitud a Dios.
¿Recuerdas la historia bíblica de la viuda que dio más que nadie?
Esta viuda vestía con ropa sencilla y esperaba en un rincón del templo de Jerusalén para acercarse a echar su ofrenda. Varias personas ricas y bien vestidas se acercaban al cofre de las ofrendas del templo y echaban grandes cantidades de monedas y las dejaban caer de modo que todo el mundo lo oyera.
Cuando toda esa gente adinerada se marchó, la viuda se acercó al cofre y echó suavemente dos monedas, las más pequeñas y de menor valor de aquel entonces, y después se retiró rápidamente.
Ella pensó que nadie la había visto, pero Jesús estaba allí y les dijo a sus discípulos: “¿Vieron a esa viuda? Ella dio más dinero que todo los demás juntos”. Los discípulos no podían entenderlo, pues sabían que era la persona que menos había dado. Sin embargo, Jesús les dijo: “Los demás dieron algo de lo mucho que poseen. No les costó ningún esfuerzo entregarlo. En realidad echaron de lo que les sobraba. En cambio, esta mujer entregó al Señor ¡todo su dinero! ¡Todo lo que tenía para vivir!” (Puedes leerlo en Marcos 12:41 al 44).
Cuando damos ofrendas mostramos nuestra gratitud a Dios por sus bendiciones. También contribuimos para mantener el templo y sus gastos como la luz, el agua, los muebles, igual que hacemos en nuestro hogar. Las ofrendas también ayudan a personas que viven en otros lugares a construir iglesias, escuelas, hospitales o hacer llegar el mensaje de Jesús a lugares donde todavía no lo conocen.
Pero recuerda que Jesús considera tus ofrendas de mucho valor cuando las entregas con alegría y de corazón, igual que hizo la viuda.
¿Llevarás tu ofrenda a la iglesia con alegría el próximo sábado? Escribe por qué en tu Diario de Oración.
