A menos que olvidemos
«El Señor y Dios de ustedes los ha bendecido en todo lo que han hecho; durante estos cuarenta años ha estado con ustedes y los ha cuidado en su marcha por este inmenso desierto, sin que nada les haya faltado». Deuteronomio 2: 7
En el libro de Deuteronomio, Moisés les recuerda a los israelitas la providencia divina que experimentaron durante su largo peregrinaje rumbo a la tierra prometida. Hoy deseo transmitirte la misma seguridad que Moisés le transmitió al pueblo. Dios siempre ha estado con nosotros, por eso no tenemos nada que temer al futuro.
En 2014, el Foro Económico Mundial estableció los diez desafíos que el mundo actual enfrenta.¹ El informe inicia diciendo: «Estamos en una encrucijada crítica, un período de decisión que dictará la salud y viabilidad de nuestra civilización en las próximas décadas». Estos son los desafíos: la desigualdad creciente, la persistencia del desempleo, el aumento de la contaminación en el mundo en desarrollo, la mayor frecuencia de catástrofes naturales, el avance del nacionalismo, mayor estrés por el acceso al agua, el sentimiento antiinmigración, déficit de liderazgo, el crecimiento de la competencia geoestratégica y el debilitamiento de la democracia.
El panorama se hace más oscuro cuando consideramos el alcance global de las redes terroristas. Inquietan las tensiones entre la Unión Europea y Rusia, el rearme de China y sus roces con Japón por el control del espacio marítimo y el empeoramiento de la situación en Oriente Medio. A esto se le suma la falta de credibilidad en las instituciones, tanto públicas como privadas. Podríamos decir la famosa frase del show de Chespirito: «Y ahora, ¿quién podrá defendernos?».
Es en este contexto que las palabras del versículo de hoy cobran valor. Elena G. de White realizó una declaración muy similar: «Como he participado en todo paso de avance hasta nuestra condición presente, al repasar la historia pasada puedo decir: “¡Alabado sea Dios!”. Al ver lo que el Señor ha hecho, me lleno de admiración y de confianza en Cristo como director. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada». (Eventos de los últimos días, p. 64).
Un famoso dicho dice que «recordar es vivir». Hoy @Dios desea invitarte a recordar, a recordar que él ha estado contigo, que te ha cuidado, protegido y defendido siempre. Si es así, ¿no es lógico suponer que lo hará también en el futuro?
1 https://ethic.es/2014/11/los-10-grandes-desafios-a-los-que-se-enfrenta-el-mundo/