Primera víctima mortal de un automóvil
“El hombre, como la hierba son sus días; florece comola flor del campo” (Salmo 103:15, RVR 95).
¡Cuán terrible es ser atropellado por un automóvil! ¡Es tremendo responder cuando llaman a tu puerta y encontrarte con un policía que te informa que uno de tus seres queridos ha muerto en un accidente de tránsito!
Cada año, en todo el mundo, cientos de miles de personas mueren atropelladas. ¡Qué estadística tan triste! La primera víctima mortal registrada en esa categoría en Estados Unidos ocurrió el 13 de septiembre de 1899. Henry Bliss, un agente inmobiliario de 68 años, bajaba de un tranvía en la esquina de Central Park West y la calle 74, en Nueva York, cuando fue atropellado por un auto.
¿Te lo imaginas? Pero… ¿cuán rápido puede haber ido un coche en aquellos días? ¿No era 1899 bastante pronto para que los autos corrieran por las calles de Nueva York? En realidad, el conductor no podía ir a más de 30 kilómetros por hora, que era la velocidad media de los coches en esa época; pero, para lo que estaban acostumbrados, esa era una velocidad alta.
En cualquier caso, un taxista llamado Arthur Smith atropelló a Henry y fue detenido. Mientras uno era trasladado al hospital Roosevelt, el otro fue arrestado bajo una fianza de 1.000 dólares. Desgraciadamente, Henry murió de sus heridas a la mañana siguiente; pero, más adelante, los cargos contra el taxista se retiraron porque la muerte de Henry se consideró accidental.
¿Sabías que cada año mueren 270.000 peatones atropellados por coches en movimiento y otros millones resultan heridos? ¿Cómo ocurre esto? Bueno, la gente sale a correr temprano a la mañana, o al atardecer, vistiendo ropa oscura. Los peatones llevan auriculares y se abstraen de su entorno, o se distraen hablando por teléfono y no prestan atención al cruzar la calle. Y cada vez son más las personas que son atropelladas y luego se descubre que tienen un alto nivel de alcohol en la sangre. ¡Caminantes borrachos! Un estudio demostró que esa cifra llega al 34 % de todas las muertes de peatones en Estados Unidos. ¡Vaya! Eso quiere decir que 34 de cada 100 peatones atropellados han bebido. Y todo esto sin contar la irresponsabilidad de los conductores que no respetan las normas o, simplemente, se distraen o son descuidados.
Tenemos que recordar que, como humanos, somos bastante frágiles. Somos resistentes, pero podemos resultar heridos e incluso morir cuando nos golpean objetos más grandes que nosotros, como un vehículo motorizado. David se dio cuenta de eso cuando dijo que somos como la hierba y las flores: hoy estamos aquí y mañana nos vamos. Solo Dios puede preservarnos.
