World Jump Day
“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan” (Hebreos 9:28).
¿Sabías que el versículo de hoy es el único pasaje de la Biblia que contieneC las dos venidas de Jesús? ¡Maravilloso!
En la primera venida, vino para llevar los pecados de los muchos; es decir, de todos. La Biblia dice que el Padre envió al Hijo, que este se ofreció a sí mismo y que fue apresado, mal juzgado, crucificado y muerto por manos impías, y que aparecerá, se hará visible.
En la segunda venida, aparecerá sin relación con el pecado para salvar a los que lo esperan. Por cierto, este es también el único texto en donde se usa el adjetivo “segunda” para referirse a la venida de Cristo en poder y gloria.
El ofrecimiento voluntario de Cristo en el Calvario y su entrada en el cielo fueron actos únicos. Uno hizo posible lo otro. El sacrificio le permitió entrar en el cielo como Mediador, no en virtud de sangre ajena sino propia, y ambos le permitirán volver para completar el rescate.
El 20 de julio de 2006 fue la fecha en que algunos pensaron que la vida sobre nuestro planeta podría sufrir un gran cambio. La propuesta fue un poco insólita: mediante un salto al mismo tiempo de toda la humanidad, se pretendía cambiar el eje de la Tierra. Por eso, el proyecto para ese día se llamó el World Jump Day; es decir, el día para un salto multitudinario y mundial.
Para que este “gran salto” diera el supuesto resultado esperado, unos seiscientos millones de personas de Occidente deberían saltar al mismo tiempo. Así, y con este “gran salto”, los organizadores pretendían frenar el calentamiento global y mejorar el clima de todo el planeta.
No fue este, ni será ningún otro plan humano, lo que resolverá definitivamente nuestros problemas. El gran salto de Jesús del cielo a la Tierra hace posible nuestro gran salto de la Tierra al cielo.
Él quiere salvar a todos. Pero solo salvará a los que lo esperan. Ese será el día de nuestro gran salto, de nuestra miserable casa de pecado a nuestro maravilloso palacio de gloria. Entrenemos diaria y fielmente para el gran y definitivo salto.