“Elvis ha abandonado el edificio”
“La paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:23, NVI).
En este día de 1977, murió el cantante Elvis Presley. Tenía solo 42 años. La gente aún lo llama “el rey” y su música sigue siendo popular más de cuarenta años después de su muerte. Elvis creció en una pequeña “casa de escopeta” en Tupelo, Tennessee. Se llamaba así a estas casa estrechas porque, se dice, “podías disparar una pistola por la puerta principal y la bala saldría por la parte de atrás”. Después de terminar la escuela secundaria, Elvis trabajó de camionero y, a los 19 años, pagó cuatro dólares para grabar unas canciones para su madre en un estudio de Memphis. El propietario quedó impresionado con la voz de Elvis, pues tenía un nuevo sonido conmovedor, y le pidió que cantara con algunos músicos locales.
Se dice que Elvis temía que la música fuera demasiado mundana, pero necesitaba el dinero. Un año después, cuando estaba de visita en ese estudio, cantó el blues “That’s All Right”. Sam Philips, el dueño del estudio, la grabó y la publicó. Se disparó a la cima de las listas, y la carrera del joven despegó con ella.
Elvis Presley se convirtió en un verdadero éxito entre los fans del sur de Estados Unidos; entonces, RCA Records le ofreció un contrato por 40.000 dólares, una cantidad de dinero inaudita. Los adolescentes se volvieron locos cuando actuó en el programa de Ed Sullivan, y los padres de todas partes se horrorizaban por la forma en que movía las caderas al cantar. Sin embargo, a finales de la década de 1960, el rock and roll había cambiado tanto que Elvis estaba perdiendo popularidad. En la década de 1970, su salud empezó a decaer. Él y su mujer se divorciaron. Engordó mucho y desarrolló una peligrosa dependencia de los medicamentos recetados. Aunque seguía actuando en el escenario, lo hacía solo esporádicamente. Se lo veía hinchado y enfermo. Y el 16 de agosto de 1977, lo encontraron sin vida en su grande y hermosa casa.
Los intentos de reanimarlo fracasaron. Elvis Presley estaba muerto.
Al principio de su carrera, Elvis descubrió que, a pesar de ser popular y ganar mucho dinero, no era feliz. Una vez, después de visitar su iglesia natal, le escribió al pastor. “Soy el joven más miserable que jamás haya visto. Tengo más dinero del que puedo gastar… pero me siento miserable”. Continuó describiendo su lucha contra el bien y el mal (Last Train to Memphis, Peter Guralnick, Back Bay books). Con el paso de los años, a menudo pasaba las horas posteriores a un concierto de gran éxito en su cuarto de hotel, cantando himnos evangélicos. Su amigo Joe Moscheo llama a esos momentos “la iglesia de Elvis”.
Es un hecho: “tenerlo todo” no es nada si no tienes a Dios.