Paciencia en el fin
“Aquí se verá la paciencia de los santos, de los que obedecen los mandamientos de Dios y mantienen la fe en Jesús” (Apocalipsis 14:12, RVC).
¿Has escuchado alguna vez el “Mensaje de los tres ángeles”? ¿Sabes en qué consiste cada uno? Si aún tienes dudas, puedes repasarlos en Apocalipsis 14:6 al 13. En resumen, son la última amorosa advertencia de Dios al mundo, previa a su venida. Como resultado de estos mensajes, cada persona elegirá uno de dos bandos posibles: ser fiel a los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, u obedecer a la bestia y su imagen. No habrá términos medios. Si sigues la lectura desde los versículos 14 en adelante notarás que luego de que cada persona haya decidido, se produce una “cosecha final”.
Pero lo que me gustaría resaltar hoy es la frase que se pronuncia luego del mensaje de los tres ángeles para los que deciden ser fieles a Dios. Es el versículo para hoy. Vuelve a leerlo. El doctor Ángel Manuel Rodríguez del Instituto de Investigación Bíblica, nos ayuda a entender mejor el término hupomonē, traducido como “paciencia”: expresa la idea de soportar o seguir adelante bajo circunstancias difíciles. En la literatura griega, se refería a una actitud de perseverancia agresiva y desafiante al enfrentar las dificultades o las desgracias. Revelaba el valor, la resistencia y la disposición de sufrir de una determinada persona. Con el significado de hupomonē, podemos intuir el futuro difícil que espera a los fieles en el tiempo del fin.
Y para tener una idea aproximada de lo que nos espera, solo basta con leer la historia pasada. Todo ello volverá a repetirse. En el capítulo “La fe de los mártires” de El conflicto de los siglos (CS 43-52) tenemos un pantallazo. Los cristianos eran calumniados y culpados de crímenes espantosos, y se los señalaba como la causa de las mayores calamidades: hambres, pestes, terremotos. Eran despojados de sus posesiones y expulsados de sus hogares. Todos sufrieron “gran combate de aflicciones” sin quejarse. Con palabras de esperanza se animaban mutuamente para soportar las privaciones. La pérdida de todas las bendiciones temporales no podía obligarlos a renunciar a su fe en Cristo.
¿Amas a Jesús? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por amor a él? ¿Te imaginas soportando burlas, calumnias y pobreza por amor a él? Si sientes que no serías capaz, solo tienes que pedirle a Dios en oración que te dé esa paciencia. Si pudo hacer del cobarde Pedro un valiente apóstol, ¿no hará lo mismo contigo?
Gabriela