Pensamientos de paz
«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis». Jeremías 29:11, RV95
El psicólogo español Rafael Santandreau dice que la mente humana es capaz de inventar una serie incontable de creencias irracionales, pero que según él se pueden agrupar en tres categorías: (1) «Debo hacer las cosas bien»; (2) «La gente me debe tratar siempre bien»; y (3) «Las cosas me deben ser favorables». Santandreau dice que estas exigencias son infantiles y supersticiosas y que, cuando no se cumplen, nuestra mente categoriza lo que suceda fuera de estos patrones como «terrible», produciendo pensamientos como: «Es terrible que no lo haya hecho bien»; «No puedo tolerar que quienes me rodean no me traten debidamente»; «La vida es una basura»; «Por qué rayos me tenía que pasar a mí».
La conocí cuando era una jovencita llena de sueños e ilusiones. Su mayor anhelo era encontrar un hombre que la amara, que solo pensara en ella, que viviera para ella. Era una idealista pura. Dejé de verla por muchos años y ahora estaba allí, en mi oficina, encorvada por el peso de la vida, humillada por la desgracia, sometida por la pobreza, vencida por la soledad. Ahora tenía cinco hijos en edades muy cercanas.
—Mi vida es triste si no tengo a alguien que me ame y que viva para mí. Ya lo he intentado cinco veces con diferentes hombres, y míreme aquí, estoy sola, abandonada, rechazada, despreciada. Ya me siento vieja y gastada, y no tengo fuerzas para seguir luchando. Estoy derrotada, pastor, creo que no podré superarlo.
La escuché y le aconsejé traer a los niños a nuestra escuela. Luego le pedí que le contara a Dios cómo se sentía. Después la puse en las manos del Altísimo. Al otro día vino a matricular a los niños y se veía mejor. Noté que un hermano soltero la estaba observando detenidamente. La siguió con la mirada hasta la Rectoría. Hizo lo mismo cuando ella salió. Hablé con él y bromeé al respecto. Me confesó que le había gustado. Le conté que tenía cinco hijos y me dijo que eso no importaba. Los presenté un día. Hoy siguen juntos, es un matrimonio feliz y ejemplar de muchos años.
¿Has pensado en rendirte? ¿Te sientes derrotado? @Dios tiene buenos pensamientos respecto a ti, él quiere que termines bien. Memoriza el pasaje de hoy y compártelo con tus amigos.