“Y tendrás paz”
“Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; y la prosperidad vendrá a ti” (Job 22:21, RVA).
“Si a este sueltas, no eres amigo de César” (Juan 19:12), le dijeron los judíos a Pilato, cuando el procurador analizaba la posibilidad de liberar a Jesús. El emperador Tiberio era conocido por la severidad con la que trataba a sus adversarios, por lo que ser tildado de no ser “amigo de César” era muy peligroso. Con esa amenaza quizá los judíos querían que Pilato recordara lo que le había pasado a Sejano, su amigo. Sejano tenía una estrecha relación con Tiberio y le recomendó nombrar a Pilato procurador de Judea. Parece que luego Sejano no supo manejar su amistad con el emperador, y en ocasiones daba la impresión de que no era completamente leal. Tiberio le retiró su apoyo y el senado lo condenó a morir estrangulado. Así acababa la persona que perdía la amistad con el César. Pilato sabía eso.
Por otro lado, ser tenido como amigo del César era una especie de “título honorífico otorgado en reconocimiento al servicio” en favor de Roma.⁶² Que Pilato quería ser considerado como un amigo del César nadie lo niega. En el Museo de Israel se exhibe la conocida Piedra de Pilato, que contiene una inscripción en la que aparecen juntos el nombre de Tiberio y el de Pilato. Sus ambiciones políticas lo llevaron a cometer la injusticia más atroz que alguna vez haya sido perpetrada en el universo. ¿Y por qué? Porque quería ser amigo del César.
¿A quién pertenece nuestra amistad? ¿Nos sentimos aptos de tildar de cretino a Pilato mientras emulamos su conducta a cada instante? La Epístola de Santiago dice lo siguiente: “¿No saben ustedes que ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios” (Sant. 4:4, DHH). Parece que nosotros nada más hemos cambiado de sustantivo: “César” por “el mundo”. Pilato fracasó en su intento de encontrar un precario equilibrio entre César y Cristo, porque eso es una imposibilidad.
De acuerdo con el historiador Eusebio, Pilato acabó suicidándose. No encontró paz en su amistad con el César. En cambio a nosotros se nos promete: “Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; y la prosperidad vendrá a ti” (Job 22:21). Esa amistad nos dará lo que el César no pudo darle a Pilato: paz. Hoy, ahora, podemos entablar una hermosa relación de amistad con nuestro Creador.
62 Raymond E. Brown, The Gospel according to John (XIII-XXI): Introduction, translation, and notes, vol. 29A, Anchor Yale Bible (New Haven; Londres: Yale University Press, 2008), p. 879.
Dios los. Bendiga grandemente por tan hermosa labor.que asen pues todos ahora tenemos Acceso al alimento espitual, 🤗🤗🤗🤗
Buenos dias, quiero acotar en el sentido de que efectivamente los que tenemos fe en nuestro supremo soberano, tenemos que hacer su sagrada voluntad, y la voluntad de nuestro Dios todo poderoso era en ese tiempo y en ese contexto que se llevara a cabo el sacrificio de su hijo amado nuestro Señor Jesucristo, porque así lo dispuso nuestro Soberano Dios, recordemos lo que el Señor Jesucristo le dijo a Pedro «No me tientes satanás», porque el Señor Jesucristo sabia que se tenia que hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial en cuanto al sacrificio del Cordero de Dios, sin soslayar la escena de Poncio Pilatos y los comentarios al respecto.
Hermano querido, recuerda que tenemos libre albedrío, cada protagonista de esas escenas tomo su decisión personal. Si Pilato hubiese tomado la decisión de hacer lo correcto, igualmente mi señor Jesucristo habría muerto, pero Pilato sería sin culpa