Absalón – parte 4
“En todo Israel no había un hombre tan bien parecido como Absalón, y tan alabado por ello. De pies a cabeza no tenía defecto alguno. Cuando se cortaba el pelo, lo cual hacía cada fin de año, porque le molestaba, sus cabellos pesaban más de dos kilos, según el peso real” (2 Sam. 14:25, 26).
La mujer finalmente dejó ver sus verdaderas intenciones. “ ‘Permita su majestad que esta servidora suya diga tan solo una palabra más’. ‘Habla’, dijo el rey. ‘¿Por qué, pues, piensa su majestad hacer esto mismo contra el pueblo de Dios? Según lo que su majestad mismo ha dicho, resulta culpable por no dejar que regrese su hijo desterrado. Es un hecho que todos tenemos que morir; somos como agua que se derrama en el suelo, que no se puede recoger. Sin embargo, Dios no quita la vida a nadie, sino que pone los medios para que el desterrado no siga alejado de él’ ” (2 Sam. 14:13, 14).
Tenía más que decir, pero David reconoció sus intenciones. Cuando terminó, le dijo: “Mi criado Joab te puso en esto, ¿no?” Con palabras halagadoras, ella confesó que así era. Finalmente, David le dijo: “Ve y haz que regrese el joven Absalón”. Joab se inclinó ante David en agradecimiento, pero David puso una condición: que se fuera directamente a su casa y no se presentara ante él.
Absalón regresó. Se casó y tuvo tres hijos y una hija a la que llamó Tamar. Pero durante dos años nunca vio a su padre. Frustrado, decidió llamar la atención de Joab e hizo que sus sirvientes incendiaran el sembradío de cebada de Joab. Cuando Joab le preguntó por qué había hecho eso, el príncipe le dijo: “Te mandé a decir que vinieras aquí para enviarte a ver al rey y decirle de mi parte que no tuvo objeto que yo viniera de Gesur; que hubiera sido mejor que me quedara allá. Yo quiero ver al rey, y si soy culpable de algo, que me mate”.
Joab le comentó a David, David convocó a Absalón y este se inclinó ante su rey, y David besó a su hijo sintiendo gran alivio por volver a verlo, pero Absalón tomó aquello como una señal para comenzar a planear la manera de quitarle el trono a su propio padre.
Continuará…