No fue por azar
«Dios creó los grandes monstruos del mar, y todos los animales que el agua produce y que viven en ella, y todas las aves» (Génesis 1: 21).
EL CIENTÍFICO CRISTIANO LOUIS PASTEUR ES CONOCIDO POR haber demostrado que los seres vivos solo se originan a partir de otros seres vivos. Su experimento se llevó a cabo con recipientes de vidrio, cuyos cuellos fueron curvados en el fuego luego de haberles colocado en su interior un caldo nutritivo hervido. Los cuellos largos y curvados impedían que los microorganismos entraran y se desarrollaran. Pasteur rompió entonces los cuellos de algunos recipientes que, al cabo de unos días, estaban llenos de seres vivos, demostrando así que los microorganismos no surgían espontáneamente.
Muchos ateos afirman que creer en Dios es solo la respuesta más cómoda, y que la vida surgió por azar. Pero lo que se sabe hasta el momento es que, si bien los procesos naturales pueden transmitir información, son incapaces de crear nuevas informaciones. Además de esto, la probabilidad rechaza por completo la idea de que la vida pueda haber surgido por azar. Para aclarar la cuestión, veamos este ejemplo:
La membrana celular posee millares de proteínas, cada una de ellas formadas por una cadena de 100 a 400 aminoácidos ordenados.
Sabiendo que hay 20 tipos de aminoácidos, un simple cálculo muestra que la probabilidad de obtener 100 aminoácidos en el orden correcto para formar la proteína es de 20-100. Ante la pequeñez del número, muchos científicos, como el Dr. John Lennox, matemático de la Universidad de Oxford, concluye que se trata de una imposibilidad matemática y que la hipótesis del surgimiento de la vida por azar debe ser descartada.
La verdad es que seres tan sofisticados y únicos no son fruto del azar DIOS PENSÓ EN CADA DETALLE CUANDO NOS CREÓ, y cuida de cada uno de nosotros ¡Que esta certeza alimente tu fe!