¿Quién eres?
“Solamente hay uno que ha dado la ley y al mismo tiempo es Juez, y es aquel que puede salvar o condenar; tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?” (Santiago 4:12).
Chismes. ¿Quién no ha escuchado (o dicho) un comentario malo sobre alguien? Desafortunadamente, a nuestro alrededor siempre hay gente que habla mal de otras personas. ¿Has hecho esto? En muchas situaciones, las personas juzgan sin saber, hablan sin entender toda la historia y condenan de manera cruel a sus espaldas. Algunos piensan que tienen el poder de juzgar quién tiene razón y quién está equivocado. Se comportan como dueños de la verdad. No debemos actuar así.
El versículo de hoy debería anunciarse en las carteleras publicitarias de la ciudad y estar escrito en nuestras camisas. “¿Quién eres para juzgar a tu prójimo?” Solo Dios puede hacer eso. Solo él sabe todas las cosas, entiende lo que nadie ve y puede juzgar. Con todo este poder, él hace todo con amor, a diferencia de muchos, que señalan con el dedo a los demás y se consideran perfectos.
La próxima vez que sientas la necesidad de hablar mal de alguien o contar un chisme, recuerda quién es el único Juez.
Señor, sé que no debo juzgar a las personas. ¡Por favor, ayúdame a no hacerlo!