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«¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo» (Mateo 2:2, DHH).
La historia de los sabios de Oriente, a menudo denominados «los reyes magos», ejemplifica la búsqueda perseverante de Cristo. Estos eruditos de Oriente se embarcaron en un largo viaje siguiendo una estrella para encontrar al Rey recién nacido. Su fe y su determinación de buscar y adorar a Jesús muestran la dedicación
de aquellos que desean sinceramente estar en la presencia de Cristo.
Búsqueda. Los magos buscaron diligentemente a Jesús, sin vacilar en su búsqueda. Su historia nos recuerda la importancia de buscar activamente a Cristo cada día, con el objetivo de desarrollar una relación más profunda con él. Jeremías 29:13 nos dice cómo buscarlo: «Me buscarán y me encontrarán cuando me
busquen de todo corazón».
Rendición. Cuando encontraron a Jesús, los magos se postraron, lo adoraron y le ofrecieron sus presentes. Al buscar a Cristo, también debemos ir a él con corazones rendidos, reconociendo su señorío en nuestra vida.
Dirección. Esta historia enfatiza la importancia de seguir la guía de Dios, confiando en que él nos guiará en nuestro viaje y llegaremos pronto a nuestro destino: el Hogar celestial.
El viaje de los reyes magos para encontrar y adorar a Jesús nos anima a buscar a Cristo con diligencia, entregarle nuestro corazón y confiar en la guía de Dios en nuestro camino hacia una relación más profunda con él.
Oración: Señor, como los reyes magos, ayúdame a buscarte diligentemente, a entregarte mi corazón y a seguir tu guía en este viaje de la vida fin de conocer y adorar a Cristo.
