Dios es justo
“Tu justicia es como las grandes montañas” (Salmo 36:6).
Los montes altos son imagen de la justicia de Dios. ¿Cómo? Primero, las montañas son un ejemplo de grandeza, ¡como la justicia de Dios!
Segundo, las montañas no desaparecen de la noche a la mañana. Y de la misma manera, la justicia de Dios no cambia, es constante.
Tercero, desde lejos ves una montaña alta. Y la justicia de Dios también se ve a la distancia.
Dios es justo, y su justicia es como las montañas.
¿Alguna vez has escalado una montaña? El punto más elevado del mundo es el pico del Monte Everest, con una altura de 8.848 metros. Y el punto más alto de América es el cerro Aconcagua, con 6.960 metros de altura. Si vas a escalar cualquier montaña, verás que no es fácil. Puedes encontrar dificultades en el camino. Pero, si persistes, llegarás a la cima. Y el sentimiento de este logro es difícil de describir. ¡Es una cosa maravillosa!
Mi esposo, que es fotógrafo, y yo hemos ascendido varios cerros, haciendo reportajes. Algunos eran más fáciles; otros, más complicados. Recuerdo especialmente el Marumbi, en Paraná, Brasil, con 1.539 metros de altitud. No es tan alto como el Aconcagua, pero fuimos por el lado más desafiante de la escalada. Muchas veces pensé en rendirme. Afortunadamente, no lo hice. Al llegar a la cima, tuve mi recompensa: una vista maravillosa, por encima de las nubes, y una sensación tan buena de conquista, de realización.
Cuando la Biblia compara la justicia de Dios con las altas montañas, pienso en mi Marumbi. En busca de este estandarte de justicia, ustedes y yo debemos emprender nuestra escalada, enfrentando cualquier contratiempo o dificultad.
Después de todo, nuestra recompensa está allí, en la cima.