Metamorfosis
«El que está unido a Cristo es una nueva persona, Los cosos viejas pasaron, se convirtieron en algo nuevo» (2 Corintios 5:17).
¿Quieres aprender a atraer mariposas?
Disuelve media taza de azúcar en dos tazas de agua. Luego, utiliza la mezcla para humedecer trozos de esponja y colócalos en las ramas de los árboles. Verás que, en poco tiempo, algunas mariposas se sentirán atraidas a chupar el liquido, que tiene un sabor parecido al néctar.
LAS MARIPOSAS SON MUY HERMOSAS y fascinantes. En su formación, pasan por la metamorfosis, que ocurre cuando cambian totalmente las características físicas de un ser vivo, y este se transforma totalmente en otra criatura.
La transformación de las orugas en mariposas nos hace pensar un poco en la obra que Cristo puede realizar en la vida del pecador arrepentido. Después de la metamorfosis, ni siquiera es posible observar semejanzas entre la oruga y la mariposa. Lo mismo ocurre con nosotros cuando nos encontramos con Jesús: nos convertimos en criaturas nuevas.
Además, la transformación de la metamorfosis es completa y comienza de dentro hacia fuera. La verdadera conversión tiene el mismo efecto en la vida del pecador: comienza cambiando nuestro interior y luego se refleja en nuestra forma de hablar, vestir y comportarnos. LA METAMORFOSIS DEL CRISTIANO NO ES UN PROCESO FACIL. Es profundo y a veces incluso doloroso, puesto que conlleva tener que abandonar viejos hábitos. Pero vale la pena, porque cambiamos para mejor. Entrega tu corazón en las manos de Dios y vive una vida nueva, libre, hermosa y llena de sentido.