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«El Señor me dijo: ‘Ve y vuelve a amar a tu esposa, aunque sea amante de otro y adúltera. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a otros dioses’ » (Oseas 3:1).
Oseas fue un profeta llamado por Dios para ilustrar la profundidad de su amor y fidelidad mediante una experiencia personal dolorosa. La historia de Oseas sirve como un recordatorio del amor inquebrantable de Dios, incluso ante la infidelidad. Es un poderoso ejemplo de cómo nuestra vida puede ser un instrumento del mensaje de Dios al mundo. Veamos los principios que encontramos en la historia de Oseas.
El amor infinito de Dios (Oseas 14:4). La vida de Oseas refleja la forma en que Dios nos ama persistentemente, a pesar de nuestra infidelidad. Como jóvenes creyentes, podemos tomar esto como una inspiración para amar a los demás con el mismo compromiso inclaudicable que Dios tiene para con nosotros.
Perdón y restauración (Oseas 11:8, 9). La historia de Oseas transmite cuánto desea Dios la restauración. Aprendemos que Dios anhela perdonarnos y sanarnos, incluso cuando nos alejamos de él. Este principio nos anima a abrazar y extender el perdón, y a buscar la reconciliación, tal como lo hace Dios.
Obediencia fiel (Oseas 10:12). La obediencia de Oseas al llamado de Dios de casarse con Gomer, una mujer adúltera, refleja la fiel búsqueda del Señor de un pueblo quebrantado. Sirve como recordatorio de que nuestra fidelidad al llamado de Dios es un testimonio de su amor inquebrantable y un mensaje poderoso para el mundo. Primera de Juan 4:19 lo expresa así: «Nosotros lo amamos porque él nos amó primero».
La vida de Oseas ilustra de manera maravillosa la profundidad del amor de Dios y su compromiso con nosotros, su pueblo infiel. Nosotros, como jóvenes creyentes, estamos llamados a reflejar este amor, a perdonar, a buscar la reconciliación y a ser obedientes a su llamado con gran fidelidad.
Oración: Ayúdame, Dios, a amarte, perdonar y obedecerte fielmente, tal como lo hizo Oseas, a fin de reflejar tu amor inquebrantable a un mundo necesitado.