¡Dios es refugio!
“Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia” (Salmo 46:1).
¿Has tenido un día realmente malo? Para Tati, ese día no podría haber sido peor. Fue elegida en último lugar para el equipo de vóleibol; derramó jugo de uva en su uniforme escolar limpio; reprobó el examen de Geografía; su mejor amiga habló más con otra chica durante el recreo que con ella; todo el camino a casa desde la escuela, su madre la estuvo regañando por Teo, su hermano pequeño. Para colmo, apenas llegó a casa se encontró con que había remolacha (betarraga) para el almuerzo, ¡con lo que le “gustaba” la remolacha a ella!
¡Qué día! Ella solo pensaba en tener un poco de paz, ¡pero era difícil! Tati corrió al dormitorio, se cambió de ropa, se tiró en la cama y abrazó la almohada. Le habló en voz alta, como si le estuviese contando todo lo que había pasado esa mañana. Por supuesto, la almohada no podía oír ni hacer nada. Aun así, después de desahogarse, Tati se sintió mucho mejor. Se levantó y estaba lista para enfrentar su almuerzo de remolachas.
Cuando tienes un día duro, ¿dónde está tu lugar de paz? ¿A quién le cuentas las cosas buenas o malas del día? ¿Dónde o con quién te sientes seguro? ¡Ese es tu refugio!
En la Biblia, puedes descubrir un mejor refugio que cualquier otro lugar o persona a la que puedas acudir cuando estás molesto. Ese refugio es Dios. Él te da fuerza y coraje cuando los necesitas. ¿Cómo está tu día hoy? El libro de los Salmos tiene 17 referencias a Dios como refugio. ¿A dónde correrás en busca de paz y tranquilidad?
