Matutina para Adolescentes | Jueves 4 de diciembre de 2025 | La parábola de los dos hijos

Matutina para Adolescentes | Jueves 4 de diciembre de 2025 | La parábola de los dos hijos

Matutina para Adolescentes

» ‘¿Qué les parece? –continuó Jesús–. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y dijo: «Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo». «No quiero», contestó, pero después se arrepintió y fue. Luego, el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Este contestó: «Sí, señor»; pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?’ ‘El primero –contestaron ellos’ » (Mateo 21:28-31).

En esta parábola, Jesús cuenta la historia de un padre que pide a sus dos hijos que trabajen en la viña. Uno de los hijos inicialmente se niega, pero luego obedece; mientras que el otro hijo acepta ir, pero no cumple. Esta historia ilustra la importancia de la obediencia genuina y la sinceridad en nuestra relación con Dios. Nos recuerda que no solo lo que decimos es importante, sino también lo que hacemos. Veamos los valores que enfatiza esta parábola.

Obediencia. La parábola resalta el valor de la obediencia auténtica. Dios desea obediencia sincera por encima de promesas vacías o meras palabras de acuerdo. Como dice Santiago 1:22: «No se contenten solo con oír la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica».

Arrepentimiento. El hijo que inicialmente se negó, pero luego obedeció, ejemplifica el potencial del ser humano para el arrepentimiento y la transformación. Nunca es demasiado tarde para volver a Dios y elegir un camino de obediencia.

Coherencia. Debemos tratar de ser consistentes en nuestra fe y en nuestras acciones. Dios valora la constancia de nuestra obediencia más que las expresiones momentáneas de compromiso.

Esta parábola nos enseña que la obediencia a Dios no se trata de hacer promesas, sino más bien de actuar. Dios valora un corazón humilde dispuesto a apartarse de la desobediencia y abrazar sus caminos. Esforcémonos por ser como el segundo hijo, quien, aunque inicialmente fue desobediente, se arrepintió y obedeció el llamado de Dios.

Oración: Concédeme, Dios, la sabiduría para reconocer mi necesidad de arrepentirme cada vez que me alejo de tu sabio camino.

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