Desvía la mirada
«David se enfureció mucho contra aquel hombre, y le dijo a Natán: «¡Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte!»» (2 Samuel 12:5).
¿CÓMO TE CONSIDERAS ANTE LA TENTACIÓN? ¿FUERTE O DÉBIL? Los científicos analizaron el autocontrol de 31 mujeres expuestas a la tentación. Identificaron las regiones del cerebro que se iluminaban cuando algo despertaba su deseo, como los sándwiches o los helados.
Al comparar las respuestas del cuestionario con las imágenes del cerebro de cada mujer, los investigadores descubrieron que las que tenían una actividad cerebral más intensa mientras veían comida, eran también ocho veces más propensas a ceder a la tentación.
Es muy peligroso olvidarse de las cosas de Dios y observar las cosas del mundo con interés. En la Biblia encontramos varios ejemplos de personas que se perdieron por fijar sus ojos en lo que no debían.
David no cuidó sus ojos, admiró a una mujer casada, cometió adulterio con ella e incluso ordenó la muerte de su marido. ¡Cuántos errores! El profeta Natán fue enviado por Dios para contarle una parábola que revelaba el pecado de David. Sin embargo, el rey estaba tan ciego que no se reconoció en la historia y acabó pronunciando una sentencia sobre sí mismo.
No caigas en los mismos errores que David. DESVIA LA MIRADA DEL MAL Y ELIGE HACER LO CORRECTO, sin concesiones, para que no tengas que mirar atrás un día y desear haber vivido una vida diferente.