Una trampa peligrosa
“Jesús les dijo: ‘Les aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado’ “ (Juan 8:34).
Las arañas tejen sus telas estratégicamente. Una glándula en la parte posterior de su abdomen libera una sustancia líquida que, en contacto con el aire, se convierte en un hilo de seda. En general, una telaraña común está lista en veinte o treinta minutos. La araña forma una maraña de tela que es hasta cinco veces más fuerte que un cable metálico del mismo diámetro.
El insecto que cae en la telaraña difícilmente logre salir de allí, porque cuanto más se mueve para intentar escapar, más se atasca. El enemigo de Dios también pone trampas para atraparnos. Sus trampas son diferentes. Utiliza una amistad falsa para ofrecer drogas; un libro, para enseñar conceptos que separan a las personas de Dios; un juego, para que le reste tiempo de estudio a la Biblia; y muchas otras estrategias.
Construye diferentes “telarañas” para atraparnos. Entonces, huye de las redes enemigas. Y si por casualidad te quedas atascado en alguna de ellas, pide ayuda a Dios. Él es el único que puede liberarte. Recuerda: Jesús murió en la cruz para que puedas ser libre.