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«Más bien sírvanse unos a otros con amor» (Gálatas 5:13).
Hace un tiempo, en un pequeño pueblo, vivían dos hermanos, Lucas y Sofía. A pesar de sus diferencias, se amaban profundamente. Un día, mientras paseaban por el parque, vieron un cartel que decía «Se busca ayuda voluntaria en el refugio de animales abandonados».
Al instante la idea les pareció emocionante. Ambos amaban a los animales y creían que podrían marcar una diferencia en la vida de esos seres indefensos. Juntos se inscribieron como voluntarios en el refugio. Su primera tarea fue limpiar las jaulas de los perros y los gatos; una tarea no tan glamorosa, pero esencial. A medida que pasaban el tiempo, comenzaron a conocer las historias de los animales rescatados. Cada uno tenía su propia historia de abandono y necesidad.
Una tarde, mientras alimentaban a los gatos, Sofía notó un gato adulto y desaliñado que había sido abandonado en una caja. Sus ojos tristes conmovieron su corazón. Ella se acercó con cuidado, lo tomó en sus brazos y lo llamó «Simba». A partir de ese día, Simba se convirtió en su compañero constante en el refugio.
Lucas, por su parte, se encargó de un perro llamado «Rocky», un cachorro lleno de energía. Pasaron horas jugando juntos y entrenando. Gracias a su esfuerzo, su amor y su cuidado, Rocky se transformó en un perro obediente y confiado.
Con el tiempo, Lucas y Sofía no solo servían en el refugio, sino también compartían su experiencia con amigos y familiares. Inspiraron a otros a unirse a ellos en el servicio voluntario y juntos hicieron del refugio un lugar mejor para los animales necesitados.
El servicio desinteresado es una forma poderosa de mostrar amor fraternal. Sigamos el ejemplo de Jesús y sirvamos con amor. Luego de conocer la historia de Lucas y Sofía, ¿cómo puedes encontrar oportunidades para servir a los demás con amor en tu vida cotidiana?
Oración: Querido Dios, ayúdame a encontrar maneras de servir a mis hermanos y hermanas en necesidad con la misma pasión y amor que tú.