
Organización
“Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden” (1 Corintios 14:40).
Olivia aprovechó el poder de la organización en su vida. Aprendió que estar organizada se trata de crear espacio para lo que realmente importa y para servir a Dios de manera efectiva. Su experiencia ejemplifica el impacto transformador de la organización al fortalecer su fe y propósito. Quizá te preguntas: “¿Cómo puedo yo también vivir esta experiencia de organización?”
Honra a Dios con el orden. La organización comienza con la intención de honrar a Dios en la forma en que administramos nuestro tiempo, recursos y responsabilidades. El mandato de 1 Corintios 14:40 nos anima a hacer todo de manera ordenada, lo que nos permite servir a Dios de manera efectiva.
Prioriza la voluntad de Dios. Mateo 6:33 nos instruye: “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas”. La organización implica priorizar la voluntad de Dios en nuestra vida y asegurarnos de que su propósito tenga prioridad por sobre nuestros planes y deseos.
Crea margen para el servicio. Leamos 1 Pedro 4:10: “Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas”. La organización crea un margen para servir a otros y administrar la gracia de Dios de manera efectiva; y así, cumplimos con el plan de Dios para nosotros, sus hijos.
La organización nos permite optimizar nuestra vida para alcanzar una mayor efectividad en el servicio a Dios y a los demás. Nos capacita para honrar a Dios con el orden, priorizar su voluntad y crear espacio para un servicio significativo. Abracemos la organización como una herramienta valiosa para fortalecer nuestra fe y cumplir el propósito de Dios.
Oración: Querido Dios, quiero priorizar tu voluntad, crear espacio para el servicio y servirte de manera efectiva.