La cruz…
“Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo” (Juan 12:32).
Elena de White enseña que nos haría mucho bien si “dedicásemos una hora de reflexión en la contemplación de la vida de Cristo. Debiéramos tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales. Mientras nos espaciemos así en su gran sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él será más constante, se reavivará nuestro amor” (El Deseado de todas las gentes, p. 63).
La imagen de la cruz es el símbolo más fuerte del cristianismo, porque nos recuerda el sacrificio que Jesús hizo por nosotros. ¿Alguna vez has pensado en renunciar a Cristo? Él nunca se daría por vencido contigo.