Uno, dos, tres…
“En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que, no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos” (Lucas 12:7).
Castaño, pelirrojo, rubio, rizado, lacio, largo, corto. ¿Cómo es tu cabello? ¿Sabías que un cabello crece un centímetro por mes; o sea, 0,033 centímetros por día? Cuando termines de leer este texto, tus cabellos ya serán minúsculamente más largos, aunque ni siquiera te des cuenta. En promedio, un adulto tiene 150.000 cabellos, ¡sin considerar a los calvos, por supuesto! De este total, cada día se caen más de cien cabellos. Siempre hay pelos que caen y otros que crecen; por lo tanto, ni siquiera nos damos cuenta de que todo este proceso está sucediendo.
Incluso en cosas tan pequeñas como un cabello diminuto, la Biblia nos muestra que Dios se preocupa por cada uno de nosotros. ¡Sabe cuántos cabellos hay en nuestra cabeza! Ve cada pelo que cae y que nace. ¿No es increíble? ¿Cómo puede un Dios tan grande y poderoso preocuparse por algo tan pequeño? Esta es una prueba más de lo valiosos que tú y yo somos para él. Las pequeñas cosas que consideramos sin importancia son grandes para él, quien nos cuida y nos ama tan maravillosamente.
Si hasta los cabellos de tu cabeza están contados, piensa en todo lo que él sabe de ti: tu vida, tus miedos, tus secretos, tus problemas… No hay nada que él no sepa, porque es Dios. Cuando atravieses una situación difícil, te sientas triste o solo y descubras que a las personas que te rodean parece no importarles lo que sucede en tu vida, recuerda que a Dios le importa todo. Incluso los cabellos de tu cabeza prueban cuánto te ama. Nunca olvides eso.
Lo que aprendí: