El amor en acción
“Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad. Jesús añadió: ‘Mira, no se lo digas a nadie’ ” (Mat. 8:3, 4).
¿Cuál de estos tres pasajes no es como los otros?
- El pasaje de hoy.
- “Al momento, los oídos del sordo se abrieron, y se le desató la lengua y pudo hablar bien. Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo contaban” (Mar. 7:35, 36).
- “Sucedió que un sábado Jesús fue a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos lo estaban espiando. También estaba allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía. Jesús les preguntó a los maestros de la ley y a los fariseos: “¿Se permite sanar en sábado a un enfermo, o no?” Pero ellos se quedaron callados. Entonces él tomó al enfermo, lo sanó y le dijo que se fuera. Y a los fariseos les dijo: ‘¿Quién de ustedes, si su hijo o su buey se cae a un pozo, no lo saca en seguida, aunque sea sábado?’ ” (Luc. 14:1-5).
Jesús a menudo pedía a los que ayudaba que mantuvieran su curación en secreto, excepto cuando los sanaba en sábado. Aunque quería evitar que la gente acudiera a él solo para presenciar un milagro, se aseguraba de que todos prestaran atención a sus curaciones en sábado. Los milagros de Jesús en sábado eran un mensaje de que, si bien debemos abstenernos de trabajar ese día, no hay mejor manera de guardar el sábado que dedicándonos a la obra de sanidad y redención de Dios.
Los fariseos estaban tan empeñados en evitar lo que no debían hacer el sábado que dejaron de hacer lo que debían. Su manera legalista de evitar cualquier cosa que oliera a trabajo no solo les impedía disfrutar del sábado, sino que les impedía bendecir a otros. Jesús les preguntó: “¿Qué está permitido hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?” (Mar. 3:4).
Jesús señaló que los fariseos seguían la ley al pie de la letra; “ahora bien, si por no faltar a la ley de Moisés ustedes circuncidan al niño aunque sea en sábado, ¿por qué se enojan conmigo por haber sanado en sábado al hombre entero?” (Juan 7:23).
Él quería que entendieran que el sábado no es un fin en sí mismo, ni que debía ser guardado por sí mismo. El sábado fue creado para bendecir a los demás y es nuestro deber como cristianos hacer precisamente eso.
