¿Listo para la batalla?
«Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo» (Efesios 6:11).
PARA EL EXPERIMENTO DE HOY, necesitarás tres naranjas.
Pide a un adulto que te ayude a pelar una naranja completamente, incluyendo la parte blanca, de modo que solo quede la parte naranja. En la otra naranja, conserva solo un círculo de cáscara en un extremo y, por último, deja una naranja con la cáscara intacta. En un recipiente profundo y de vidrio lleno coloca primero la de agua, naranja pelada, luego la que solo tiene una parte de la cáscara y, por último, la naranja que no ha sido pelada. ¿Qué ocurre? La naranja pelada se hundirá. ¿Y las otras? Las naranjas, incluso tienden a flotar. Esto se debe a que la cáscara es extremadamente porosa, y cuando se la coloca en agua, Sus poros quedan con aire atrapado, incapaz de escapar, lo que hace que flote.
Recuerda aprovechar bien las naranjas, ¿ok? ¡No desperdicies comida!
Así como la cáscara protege a la naranja de hundirse, la armadura de Dios es lo que nos protege de hundirnos en un mundo de corrupción y maldad.
El capítulo 6 de Efesios señala cada una de las partes que deben componer nuestra armadura espiritual: la coraza de justicia, el cinturón de la verdad, los pies calzados con la presteza para predicar el evangelio, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu (que es la Palabra de Dios). ¿Está completa tu armadura o sales a la batalla sin alguno de estos elementos? Vivimos inmersos en una batalla, y el enemigo está por todas partes tratando de atacar nuestros puntos débiles. Si no estamos atentos, podemos perder la salvación.
¡Prepárate para la batalla! Con tu armadura completa, sal confiado y seguro de que nada puede derribar a un soldado equipado para Cristo.