Mucho amor
“Pero Dios es tan misericordioso y nos amó con un amor tan grande, que nos dio vida juntamente con Cristo cuando todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados. Por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación” (Efesios 2:4, 5).
Intenta pararte con los brazos bien abiertos y apoyarte en un solo pie. ¿Cuánto tiempo puedes permanecer en esa posición?
Jesús pasó mucho tiempo en una posición incómoda. Después de que su cuerpo fuera gravemente herido, fue clavado en una cruz. Estaba de pie con los brazos extendidos y con heridas abiertas por los latigazos de los soldados, apoyadas contra la madera. Las espinas de la corona le lastimaban la frente y le hacían sangrar la cabeza. Estaba herido, cansado y sediento. Aun así, no se quejó ni se escapó. Al contrario, se preocupó por ayudar al ladrón que, a su lado, necesitaba apoyo y salvación.
¿Por qué Jesús sufrió tanto? ¿Por qué no se dio por vencido o pidió a los ángeles que lo bajaran de la cruz? Porque así “Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él” (1 Juan 4:9).
En la cruz, Jesús demostró cuánto te ama. Su sacrificio fue enorme. La incomodidad y el dolor de estar colgado y con los brazos extendidos eran inmensos, hasta la agonía.
Entonces, ¿cuál será tu respuesta ante tanto amor? Él no espera que hagas sacrificios por él. Lo único que quiere es la entrega de tu corazón. No pierdas tiempo,
