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«¡Él te ha mostrado, oh mortal, lo que es bueno! ¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?: Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante tu Dios» (Miqueas 6:8).
La historia de Ester ilustra la búsqueda de la justicia. Ester, una joven judía, se acercó con valentía al rey Jerjes para salvar a su pueblo de los malvados planes de Amán (ver Ester 7). Su intrépida búsqueda de la justicia frente al peligro ejemplifica el impacto que una persona puede tener cuando defiende la rectitud. Veamos cómo seguir el ejemplo de Ester.
Abogar por los vulnerables. La historia de Ester enfatiza la importancia de defender a los vulnerables y los oprimidos. La justicia requiere hablar en nombre de aquellos que no pueden hablar por sí mismos. Proverbios
31:8 y 9 nos llama: «Levanta la voz por los que no tienen voz; ¡defiende a los indefensos! Levanta la voz, y hazles justicia; ¡defiende a los pobres y a los humildes!» (DHH).
Demostrar coraje ante la injusticia. La valentía de Ester sirve como recordatorio de que buscar justicia a menudo exige valentía. Estamos llamados a actuar con justicia incluso ante la adversidad. Isaías 1:17 expresa: «¡Aprendan a hacer el bien, esfuércense en hacer lo que es justo, ayuden al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan los derechos de la viuda!» (DHH).
Confiar en la providencia de Dios. La historia de Ester también revela la providencia de Dios en la búsqueda de la justicia. Cuando alineamos nuestras acciones con la voluntad de Dios, él puede obrar a través de nosotros para lograr justicia.
El ejemplo de Ester nos llama a buscar la justicia defendiendo a los vulnerables, mostrando valentía ante la injusticia y confiando en la providencia de Dios. Al hacerlo, reflejamos la justicia de Dios en nuestra vida.
Oración: Señor, concédeme coraje y sabiduría para buscar la justicia, como lo hizo Ester.
