Maravilla de maravillas
“Pero, como se dice en la Escritura: ‘Dios ha preparado para los que lo aman cosas que nadie ha visto ni oído, y ni siquiera pensado’ ” (1 Corintios 2:9).
Si se hiciera una encuesta para escoger el lugar más hermoso del mundo, ¿cuál elegirías?
En 2007, se dio a conocer el resultado de la encuesta que señalaba las siete maravillas del mundo moderno. La Gran Muralla China fue primera; el Cristo Redentor, tercera.
Por más hermosos que sean los lugares, las obras de arte y los monumentos del mundo, nunca se acercarán a lo que Dios está preparando para nosotros. Mira esta descripción detallada de cómo será vivir en este maravilloso lugar:
“El león, al que tanto tememos aquí, se acostará con el cordero, y todo en la tierra nueva será paz y armonía. Los árboles serán derechos y elevados, y no tendrán ninguna deformidad. Los santos ceñirán coronas de gloria sobre sus cabezas y tendrán arpas de oro en las manos. Tañerán esas arpas de oro, cantarán acerca del amor redentor y elevarán melodías a Dios. Olvidarán las pruebas y los sufrimientos que tuvieron en este mundo, que desaparecerán en medio de las glorias de la Tierra Nueva. Todo lo que hay de bello en nuestro hogar terrenal tendría que hacernos pensar en el río de cristal y los verdes prados, los árboles cimbreantes y las fuentes vivas, la ciudad resplandeciente y los cantores vestidos de blanco de nuestro hogar celestial, mundo de hermosura que ningún artista puede representar en el lienzo, y que ninguna lengua mortal puede describir. Represéntese vuestra imaginación la morada de los justos; y recuerden que será más gloriosa que cuanto pueda figurarse la más brillante imaginación (Elena de White, La segunda venida y el cielo, pp. 208, 209).
¡El cielo es la maravilla de las maravillas! No pierdas la oportunidad de vivir allí. Deja que Jesús transforme tu corazón y te haga ciudadano de este maravilloso lugar.