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Aprovecha tu juventud con sabiduría
“Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. Aleja de tu corazón el enojo, aparta de tu cuerpo la maldad, porque juventud y vigor son pasajeros” (Eclesiastés 11:9,10).
Querido adolescente, hoy vamos a explorar un pasaje de la Biblia que nos habla de la importancia de aprovechar nuestra juventud con sabiduría. En Eclesiastés 11:9 y 10, el sabio Salomón nos ofrece valiosos consejos que son relevantes en esta etapa de la vida.
Dios nos llama a disfrutar de nuestra juventud. Esta es una etapa llena de energía, sueños y oportunidades. Es el momento perfecto para aprender, crecer y experimentar cosas nuevas. En la vida no solo debemos cumplir responsabilidades; también debe haber lugar para la diversión y la alegría.
Imagina una planta joven que crece en un ambiente perfecto. La planta florece, da frutos y se llena de vida. Así debemos ser en nuestra juventud, aprovechando al máximo cada día. No debemos tener miedo de seguir nuestros sueños y pasiones. Dios ha puesto deseos en nuestro corazón por una razón. Sin embargo, debemos hacerlo con responsabilidad y en obediencia a Dios.
Un ave se lanza desde su nido en busca de nuevas alturas. Así debemos seguir nuestros sueños, confiando en que Dios nos guiará en el camino. Sé consciente de las consecuencias. Aunque Dios nos anima a disfrutar de nuestra juventud, también nos recuerda que seremos responsables de nuestras acciones. No debemos actuar sin pensar en las consecuencias.
Un surfista disfruta de las olas, pero sabe que debe respetar el poder del mar. Del mismo modo, debemos disfrutar de la vida, pero recordar que nuestras decisiones tienen consecuencias. La juventud es un regalo precioso de Dios. Aprovechemos esta etapa con sabiduría, siguiendo nuestros sueños y recordando que somos responsables de nuestras acciones. Al seguir los consejos de Eclesiastés 11:9 y 10, podemos disfrutar de una juventud plena y significativa.
Oración: Te agradezco, Señor, por esta etapa de juventud que me has dado. Ayúdame a aprovecharla con sabiduría.