
«Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor» (1 Crónicas 4:9, RVR 1960).
La historia de Jabes es una poderosa lección sobre la transformación a través de la oración. Aunque tuvo un inicio difícil, Jabes buscó a Dios y experimentó un cambio extraordinario. Aprendamos un poco más sobre él.
El nombre de Jabes lleva consigo la memoria del dolor del parto. Sin embargo, este dolor no definió su destino. Lo mismo aplica a nuestra vida. Podemos enfrentar las dificultades iniciales de nuestra vida con fe y esperanza en Dios.
Jabes hizo una petición audaz a Dios: le pidió que lo bendijera y lo ampliara:
«E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió» (1
Crónicas 4:10, RVR 1960).
¿Oras con audacia? ¿Crees que Dios tiene el poder y la gracia para responderte?
La Escritura también nos dice que Dios concedió la petición de Jabes. Esto nos recuerda que Dios escucha y responde nuestras oraciones cuando oramos con fe y sinceridad. La vida de Jabes experimentó un cambio radical gracias a su oración. Quizá tú también necesites un cambio radical. Si es así, no dudes más. Busca a Dios en oración y confía en su plan y su propósito para tu vida.
Oración: Querido Dios, permíteme confiar en tu plan para mi vida y vivir en la plenitud de la bendición que proviene de ti.

