Matutina para Adolescentes | Viernes 14 de noviembre de 2025 | Mayordomía fiel

Matutina para Adolescentes | Viernes 14 de noviembre de 2025 | Mayordomía fiel

Matutina para Adolescentes

«Su señor respondió: ‘¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!’ » (Mateo 25:23).

La parábola de los talentos cuenta la historia de un amo que confía a sus siervos diferentes cantidades de talentos antes de emprender un viaje. Dos de los sirvientes invirtieron y duplicaron los talentos, mientras que uno ocultó los suyos por miedo. El amo alabó a los siervos fieles y reprendió al temeroso. Esta parábola resalta la importancia de la mayordomía y el uso sabio de nuestros dones. ¿Qué nos pide el Amo?

Demostrar fidelidad. Todos somos mayordomos de los dones y los recursos que Dios nos ha dado. La parábola hace hincapié en que la fidelidad en el manejo de las cosas, incluso en las cosas pequeñas, conduce a mayor responsabilidad y más bendiciones. A medida que demostramos que somos fieles en asuntos pequeños, Dios nos confía más.

Invertir en el Reino de Dios. Los siervos que invirtieron sus talentos no solo los multiplicaron, sino también complacieron a su señor. Del mismo modo, estamos llamados a invertir nuestros tiempo, talentos y recursos en construir el Reino de Dios, difundir su amor y ayudar a los demás. En 1 Pedro 4:10, leemos: «Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas».

Vencer el miedo. La inacción del sirviente fue impulsada por el miedo. No debemos permitir que el miedo nos paralice o nos impida usar nuestros dones en todo su potencial. En cambio, confiemos en la provisión de Dios y avancemos con fe.

La parábola de los talentos nos enseña acerca de la mayordomía fiel, la inversión en el Reino de Dios y la superación del temor. Al usar sabiamente los dones y los recursos que Dios nos ha dado, no solo experimentamos sus bendiciones, sino también traemos gozo a nuestro Maestro.

Oración: Padre celestial, ayúdame a ser un fiel mayordomo de los dones y los recursos que me has confiado. Quiero invertir en tu Reino, superar el miedo y escuchar tus palabras: «Hiciste bien, siervo bueno y fiel».

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