Único
“Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos, sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios” (1 Pedro 3:3, 4).
¡Eres único! Incluso teniendo un hermano gemelo muy parecido, es imposible que dos personas en el mundo sean totalmente iguales. Definitivamente, no hay nadie como tú. No solo porque tu voz y tu huella digital son únicas, sino porque tus pensamientos, sentimientos y carácter son únicos.
Eres muy valioso para Dios. Pero ¿le preocupa a Dios una cara bonita, un cuerpo tonificado o la última moda? ¡No! Tu valor no está en las selfies que publicas, en la cantidad de likes o seguidores de redes sociales que tienes. No necesitas eso para ser feliz. Dios no está preocupado por estas cosas.
Al contrario, valora lo que hay en tu corazón, cómo eres y cómo es tu carácter. Conoce cada detalle de tu vida y, sin embargo, te demuestra que, para él, eres precioso. ¿Te das cuenta de tu valor para Dios? Vales más que cualquier riqueza en el mundo. Tu salvación costó la sangre de Jesús (Romanos 5:8). Para Dios, eres de un valor incalculable. ¿Sabes por qué? ¡Simplemente, porque él te ama!
Dios es la fuente de una buena autoestima. Cuando te sientas mal contigo mismo, recuerda el amor del Padre. ¡Para él, eres único!