
Descubrimos a Dios a través de Jesús
“A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo único, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer” (Juan 1:18).
Imagina intentar comprender algo que nunca has visto. A veces puede ser complicado entender quién es Dios y cómo es su carácter. Afortunadamente, Juan 1:18 nos ofrece una maravillosa revelación: Jesús, el Hijo unigénito, vino a la Tierra para darnos a conocer a Dios de una manera que podemos entender.
Cuando Jesús caminó por la Tierra, trajo consigo el carácter amoroso y compasivo del Padre. Sus acciones y palabras revelaron el corazón de Dios a aquellos que lo rodeaban. En lugar de un Dios distante e inaccesible, Jesús nos mostró a un Padre cercano, interesado en nuestra vida y dispuesto a caminar a nuestro lado.
Imagina a un guía turístico en un museo. Él conoce cada detalle de las obras de arte y puede explicar su significado y contexto. De la misma manera, Jesús es nuestro guía para conocer a Dios. Él nos muestra la belleza y la profundidad del carácter divino a través de sus enseñanzas y acciones.
Mi primera recomendación para descubrir a Dios es estudiar las palabras y las acciones de Jesús. Lee los Evangelios para conocer mejor a Jesús y entender cómo refleja el carácter de Dios. En segundo lugar, ora con confianza, sabiendo que Dios es un Padre amoroso. Acércate a él en oración con confianza y esperanza. Por último, te invito a imitar a Jesús. A medida que conoces a Dios a través de Jesús, esfuérzate por imitar su amor, su compasión y su servicio a los demás.
Gracias a Jesús, no tenemos que adivinar quién es Dios. Él vino a la tierra para darnos a conocer al Padre y mostrarnos su amor. A medida que estudiamos la vida de Jesús, encontramos un camino claro hacia el corazón de Dios.
Oración: Te agradezco, Padre, por revelarte a través de tu Hijo, Jesús.