“Me llevará con él”
“Dios me salvará del poder de la muerte, pues me llevará con él” (Salmo 49:15, DHH).
Uno de los textos más asombrosos de la Biblia lo encontramos en Génesis 5: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios” (vers. 24). La vida de Enoc, como dijo Walter R. Bowie, es “como una estrella brillante sobre el registro terrenal de este capítulo”.¹⁶⁴ Hay algunos detalles interesantes con respecto a Enoc, por ejemplo, que fue el séptimo patriarca desde Adán (ver Jud. 1:14); o que su vida fue la más corta de todos los patriarcas antediluvianos, puesto que nada más vivió trescientos sesenta y cinco años (ver Gén. 5:23). Además, la experiencia terrenal de cada patriarca concluye con el estribillo “y murió”; pero cuando llega a Enoc se rompe la secuencia y se dice que Dios se “lo llevó” (Gén. 5:24). En lugar de morir, Enoc “fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte” (Heb. 11:5, NVI). ¿Por qué? Porque caminó con Dios.
¿Qué significa caminar con Dios? De acuerdo con Deuteronomio 13:4, caminar delante de Dios es guardar sus mandamientos, es escuchar su voz, es servirle con fidelidad. Con razón, a la religión cristiana al principio se la llamó simplemente “el Camino” (Hech. 19:9), porque en ella están todos los que, como Enoc, han hecho de su vida un andar constante con su Padre celestial. De acuerdo con un libro apócrifo, la tradición judía recuerda a Enoc como uno que “vivió de acuerdo con la voluntad del Señor y dejó un ejemplo para todas las edades” (Ecl. 44:16). Caminar con Dios es vivir en armonía con su voluntad.
¿Y qué sucederá cuando nuestra vida esté en armonía con la de Dios? Que Dios nos llevará con él, como hizo con Enoc. El verbo “llevar”, laqájat, es el mismo verbo que la Biblia usa para describir el momento cuando el Señor se “llevó” a Elías al cielo (ver 2 Rey. 2:3, 10, 11). Quizá puedas pensar que solo Enoc y Elías tuvieron ese privilegio, pero en el Salmo 49:15 leemos: “Dios me salvará del poder de la muerte, pues me llevará [laqájat] con él” (DHH). La muerte no tiene poder permanente sobre los que caminan con Dios.
Dios ha prometido que nos llevará con él. ¿Te gustaría estar en ese grupo? Te invito a hacer lo que hizo Enoc: caminar con Dios.
164 Derek Kidner, Genesis: An Introduction and Commentary, vol. 1, Tyndale Old Testament Commentaries (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1967), p. 86.