“Somos ciudadanos del cielo”
“Somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador” (Filipenses 3:20, NTV).
En diciembre de 2021 vi la película relacionada con el fin del mundo No mires arriba. Dos científicos descubren que, en aproximadamente seis meses, un cometa colisionará con la Tierra y destruirá el mundo que conocemos. Tratando de encontrar una solución, acuden a la presidenta de los Estados Unidos, pero esta no les hace caso. Luego son entrevistados en un conocido programa de televisión en el que nadie los toma en serio. Debido al alboroto que se produce en los medios, la presidenta decide sacarle provecho político al asunto y ordena a la NASA que prepare a un equipo que intercepte y destruya el cometa.
Cuando ya la operación va a mitad de camino, el dueño de una gran tecnológica pide un momento a solas con la presidenta del país, y minutos después esta ordena cancelar la operación. ¿Por qué? Porque el cometa está repleto de minerales raros, de esos que se usan para fabricar celulares y computadoras, así que hay que sacarle provecho. Y deciden no destruirlo. Al darse cuenta de que tanto al gobierno como a ese empresario lo único que les interesa es el negocio, los científicos comienzan una campaña pidiéndole a la gente que mire hacia arriba, que el cometa está ahí; pero el gobierno y la empresa tecnológica lanzan otra campaña diciéndole a la gente que no miren hacia arriba. Al final, el cometa destruye nuestro amado hogar.
Aunque la película es una sátira llena de humor negro, me hizo pensar que la inminencia del fin del mundo debe llevarnos a mirar hacia arriba, a poner nuestra atención en lo que no será destruido; sin embargo, nuestro enemigo se las ha arreglado para que el mensaje de no mirar hacia arriba haya sido aceptado por la humanidad, y muchos “solo piensan en lo terrenal” (Fil. 3:19). Usted y yo estamos llamados a mantener los ojos mirando hacia arriba, porque “nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador” (Fil. 3:20, NTV).
Ser ciudadanos del cielo, como dijo H. C. G. Moule, significa que “vivimos y nos movemos (en la tierra) como los que están (espiritualmente) en el cielo”.¹⁹⁶ Nuestra “atención está en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col. 3:2, NVI).
196 H. C. G. Moule, The Epistle to the Philippians, Cambridge Greek Testament for Schools and Colleges (Cambridge: Cambridge University Press, 1897), p. 73.