“Será vestido de vestiduras blancas”
“El vencedor será vestido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida” (Apocalipsis 3:5).
Albert Schweitzer fue un personaje sumamente extraordinario. Schweitzer fue un brillante teólogo, un destacado filósofo, un bien dotado músico y un desinteresado médico. De hecho, abandonó su brillante carrera como catedrático de la Universidad de Estrasburgo a fin de estudiar Medicina y partir como misionero al Congo francés. Su labor en África lo hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 1952.
Su vocación de servicio a los demás era impulsada por su inmensurable respeto por la vida humana. En cierta ocasión se definió a sí mismo como alguien “que quiere vivir rodeado de otras vidas que también desean vivir”. Su respeto por la vida humana moldeaba su ética, su vegetarianismo e incluso su actitud hacia los animales. En una ocasión, cuando Schweitzer era entrevistado por Jack Paar, un popular personaje de la televisión estadounidense, apareció un perro correteando detrás de una gallina. Entonces, hablando en francés, el doctor Schweitzer les dijo a los animales: “ ‘¡No! ¡No! ¡Recuerden que hemos ganado el Premio Nobel de la Paz!’ ”²²⁴
La anécdota puede resultarnos jocosa, pero la parte final nos invita a reflexionar. Son muchas las veces en las que nuestra conducta no refleja lo que tú y yo hemos ganado (la salvación, gracias a los méritos de Cristo), a quién servimos (a Dios), y lo que realmente somos (hijos de Dios). A la iglesia de Sardis, una congregación que se balanceaba entre la fe y la duda, que daba la apariencia de vivir cuando en realidad era una iglesia moribunda, se le dice: “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído” (Apoc. 3:3). La manera más eficaz de enfrentar el letargo espiritual era recordar el compromiso que la iglesia tenía con Dios, y que dicho recuerdo la indujera a producir un cambio de acción en su vida.
Si sientes que estás muriendo espiritualmente, detente a pensar en lo que Dios te ha dado, en lo que ha hecho por ti. Tú has recibido la salvación, la esperanza de un mundo venidero, ¡entonces hay que vivir a la altura de esos privilegios! A diferencia de Schweitzer, quizá no recibamos nunca un Premio Nobel, pero lo que hemos recibido de Dios nos impulsa a ser mejores personas.
Y en nosotros Dios cumplirá la promesa que le hizo a Sardis: “El vencedor será vestido de vestiduras blancas” (Apoc. 3:5).
224 Clifton Fadiman, The Little, Brown Book of Anecdotes (Hachette Book Group. Kindle Edition), pos. 18254.