El discurso de un loco
“¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos, más abundante; en azotes, sin número; en cárceles, más; en peligros de muerte, muchas veces” (2 Corintios 11:23).
En 2 Corintios 11, Pablo presenta su historial de experiencias. Repasar esta foja de servicios era mostrar la mano de Dios en su apostolado. Su deseo de animar y advertir a la iglesia lo llevó a elaborar este listado. Por eso, habla “como si estuviera loco”, ilustrando los sufrimientos de un verdadero apostolado.
1-Prisionero. Clemente de Roma menciona que el apóstol estuvo encarcelado siete veces.
2-Azotado. Postrada en presencia de un juez, la víctima era castigada con un látigo de cuero con trozos de hierro. Padeció cinco veces cuarenta azotes menos uno.
3-Peligros de muerte. En Listra, casi muere cuando los judíos lo apedrearon. Los latigazos y las palizas le causaron riesgos de vida muchas veces.
4-Peligros de los judíos y de los romanos. En total fueron ocho las palizas que Pablo recibió: cinco de los judíos y tres de los romanos.
5-Apedreado. La ley judaica determinaba el apedreamiento para todo blasfemo o adúltero, después de juzgarlo. Sin embargo, él fue apedreado sin ser juzgado; y sobrevivió.
6-Naufragó tres veces. Sobrevivir era un milagro, dado que, si lograban alcanzar tierra, por lo general los habitantes de la zona les daban muerte o los tomaban prisioneros. Se estima que hizo unos treinta viajes en barco.
7-Una noche y un día en mar abierto. Estuvo aferrado a los restos flotantes de la nave, adormecido por las olas, sin agua ni comida.
8-Muchos viajes. La distancia normal recorrida en un día era de unos 30 kilómetros. Pablo caminó de Jerusalén a Éfeso ¡casi 1.600 kilómetros! Pasó por lo menos tres meses viajando, haciendo paradas para guardar el sábado y visitar las iglesias del camino. Los peligros que enfrentó fueron reales.
9-Conoció el hambre y la sed constantes.
10-Tuvo frío. Casi al final de la vida de Pablo, le pide a Timoteo que le traiga la capa que dejó en casa de Carpo.
11-Participó de fugas increíbles. Como aquella vez que fue descolgado en un canasto por un muro.
12-Llevó la carga de las iglesias. Todo, parala salvación de las personas.
Como bien decía Arthur Gordon: “Nada es más fácil que decir palabras. Nada es más difícil que vivir acorde a ellas día tras día”.
Pablo fue un “loco” que siempre tuvo un camino difícil. Su vida no tenía una misión, la misión lo tenía a él. Pablo fue permanentemente reavivado por esa pasión.